Luego de que Oliver se estableciera como un acaudalado hombre que fabricaba rifles, decidió heredarle a su hijo su fortuna, con la esperanza de que éste no sólo mantuviera las buenas finanzas, sino que poco a poco ayudará a incrementar la riqueza familiar.
William (el primogénito de Oliver) se casó y en 1866 nació su pequeña hija, quien desafortunadamente murió luego de apenas mes y medio de existencia en este mundo. Si a eso le sumamos que William falleció poco tiempo después a causa de un severo cuadro de tuberculosis, la viuda quedó en un estado total de shock, pues las dos personas que tanto había amado, ya no estarían nunca más a su lado.
Era tanta la depresión de la señora Winchester, que empezó a frecuentar sitios de mala muerte en donde se entrevistaba con brujas y videntes, quienes supuesta mente hacían contacto con el más allá para qué la mujer encontrar respuestas.
Luego la viuda se entrevistó con una adivina, quien le dijo que la causa de todos sus males era provocada por los entes que habían perecido a causa de los rifles de su suegro durante las constantes batallas.
También le dijo que la única manera en la que podría librarse de la maldición era que empezara lo más pronto posible a construir una gran casa de reposo para ella y para los fantasmas que continuaban penando.
– Otra cosa que no debes dejar de considerar es que una vez que inicies la construcción de tu nuevo hogar, no puedes dejar de construir, pues si lo haces las entidades malignas podrán volver al plano de los humanos y te atormentarán hasta que mueras, dijo la vidente.
Sara (así se llamaba la mujer) se mudó a otro estado y buscó afanosa mente una propiedad que pudiera empezar a remodelar tan pronto como le fuera posible. Halló una granja en la casa principal contaba con ocho cuartos.
En menos de lo que canta un gallo, la señora contrató a gente especializada en remo delaciones y siguió haciéndole ajustes a la casa por más de tres décadas y media de manera ininterrumpida.
Era tanto el miedo que sentía con respecto a las entidades funestas que podían atacarla hizo que en varias partes de la edificación predominará el número trece. Quienes han recorrido la mansión Winchester, no tienen temores ya que la construcción es bastante irregular ya que hay pasillos que no llevan a ningún lado o muros que tienen puertas, pero no hay ninguna habitación que los conecte....
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